Desde argentina nos llega una entrevista que publicó, el pasado sábado, Página 12 a fisico Daniel Barraco, investigador del CONICET y Decano de la Facultad de Matemática, Astronomía y Física (Famaf) de la Universidad Nacional de Córdoba. En ella nos habla de trabajo en primerísimo orden que realizan en Famaf.
–Y dígame por qué es importante la ciencia dura que ustedes cultivan.
–Mire, yo creo que hay que renovar ciertos esquemas de pensamiento. La ciencia y la tecnología nunca existen en el vacío: se desenvuelven e interaccionan con un contexto político, social, cultural, histórico definido. Históricamente la Argentina fue un país con bajo nivel de inversión en ciencia y tecnología, escasos recursos humanos y un sistema nacional de innovación débil y poco articulado. A pesar de estas condiciones de contexto, logró ser el único país latinoamericano con tres premios Nobel, que domina y exporta desde hace décadas la estratégica tecnología nuclear, y desarrolla satélites juntamente con la NASA, por citar algunas actividades significativas.
–Las duras ciencias físicas, matemáticas, ¿cuál es el rol que juegan?
–Desde fines del siglo XVII hasta comienzos de los años ’70 había una ciencia estrella, líder: la física. Quizás antes, en la Antigüedad, se puede pensar que fue la astronomía o la matemática. Lo que hemos visto en las últimas décadas, a partir de los ’70, es la aparición de nuevas disciplinas que han pasado a ser estrella: la genética, las neurociencias, la nanotecnología, la informática y la bioinformática están tomando papeles que antes tenía la física.