A lo largo del tiempo hemos buscado técnicas que permitieran recordar con más facilidad un número, $\pi$ también tiene. Según nos cuenta Petr Beckmann, en Historia de $\pi$, en Francia popularizaron unos versos que permitían memorizar las treinta y una primeras cifras decimales de $\pi$:
Que j´aime à faire apprendre un nombre utile aux sages!
Inmortel Achimède, artiste ingénieur,
Qui de ton jugement peut prider la valeur?
Pour moi, ton problème eut de pareils avantages.
Otra versión en español es:
Soy Π, lema y razón ingeniosa.
De hombre sabio, que serie preciosa
Valorando enunció magistral.
Con mi ley singular bien medido
El Grande Orbe, por fin, reducido
Fue al sistema ordinario usual.[1]
Rafael Rodríguez Vidal, en su libro de 1988 «Enjambre matemático: problemas curiosos, juegos, anécdotas y comentarios«, nos muestra este ejemplo y otros más.
Estos poemas suelen llamarse rimas Pi-neanas y es habitual leer concurso buscando más. Incluso la Premio Nobel polaca Wislawa Szymborska, muy aficionada a las matemáticas, contribuyó con un poema[2], que en este caso no buscaba encerrar los dígitos.
[1] Georges Ifrah, Historia universal de las cifras, 2008
[2]Curiosidades sobre el número Pi, quo.