Ya mencionamos la figura de Agustin-Louis Cauchy cuando hablamos del libro publicado en Nivola, CAUCHY. Hijo rebelde de la revolución, recientemente Francis nos habló de su rigor en Cauchy y el rigor en el análisis matemático. Hoy traigo un texto donde muestra su tenacidad en el trabajo, extraído del libro de Antonio J. Durán. El texto es de una carta que Cauchy escribió a su familia, relatando su trabajo en el puerto de Cherburgo, donde había llegado como uno de los jóvenes ingenieros recién completados sus estudios.
Me levanto cada día a las cuatro de la mañana y ya no paro hasta acostarme. Mi carga de trabajo habitual se ha visto aumentada desde que el pasado me llegara de forma inesperada un retén de prisioneros de guerra españoles. Nos avisaron de su llegada sólo una semana antes, y en ese corto plazo de tiempo teníamos que construir alojamiento para 1.200 hombres. Los edificios donde hemos instalado a los prisioneros consta de dos estructuras con un total de 38 salas, 19 en cada uno. Cuando los prisioneros llegaron, 12 salas habían sido ya preparadas, y otras 12 estaban en construcción, con apenas los muros levantados. No teníamos tejas y tuve que peregrinar por los tejares cercanos para conseguirlas. Tampoco teníamos cocinas, por lo que tuve que improvisar algunos fogones provisionales. Al final, hace dos días, todos los españoles han sido instalados en sus alojamientos, tienen literas con colchones de paja y, también se les da comida. Ellos mismos consideran que están bien acomodados. No bien hube terminado el trabajo de alojar a estos prisioneros de guerra cuando me asignaron otro trabajo agotador. Hoy acabe de hacer los planos para unas fraguas que hay que construir en granito. Estoy también encargado de levantar dos faros situados en los dos espolones que dan entrada al puerto. Y, con todo, el trabajo no me cansa, más bien al contrario, me vigoriza y tengo una salud perfecta.