Platero y Omar Jayyam

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Todos, hasta el guarda, se han ido al pueblo para ver la procesión. Nos hemos quedado solos Platero y yo.¡Qué paz! ¡Qué pureza! Dejo a Platero en el prado alto y yo me echo, bajo un pino lleno de pájaros que no se van, a leer. Omar Khayyam…

Este párrafo de Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez, encierra una curiosidad de un personaje de las matemáticas: Juan Ramón leía los poemas de Omar Jayyam (o Khayyam según la versión inglesa).

El matemático, astrónomo y poeta persa Omar Jayyam vivió en el final de época dorada de La Casa de la Sabiduría. Su elegancia en la resolución de las ecuaciones de tercer grado, nos enseñan la maestría con la que los musulmanes estudiosos de el álgebra iniciaron una nueva rama en las matemáticas. Llegó a afirmar que no se podían calcular las raíces de las ecuaciones de tercer grado mediante regla y compás, resultado que se demostraría siglos después. Sin embargo, mientras en occidente perduró su ciencia, en oriente se cultivó su poesía, la misma que Juan Ramón se deleitaba en leer.

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