Hooke & Newton (I)

Si yo he sido capaz de ver más allá, es porque me encontraba sentado sobre los hombros de unos Gigantes.

Esta es una de esas frases con historia, lo costoso es encontrar cuál es la verdadera historia. Para entenderla tendremos que remontarnos al momento donde se dijo, 1676; al personaje que la dijo, Isaac Newton; y, a quién se la dijo, o más bien a quién iba dirigida, Robert Hooke.

En aquel año el encuentro de dos pensamientos científicos estaba desviándose hacia una enemistad personal. Newton comenzaba a erigirse como el gran genio que era y Hooke luchaba por mantener la excelsa reputación que disfrutaba.

Pero retrocedamos unos años para entender como se llegó a la frase. En 1665 Hooke publicó Micrographia, donde mostró la microescopía como una disciplina científica por derecho propio. Cabe reseñar que es en el libro donde por primera vez aparece la palabra celular para identificar lo que hoy conocemos por célula, aunque él la utilizó para definir la estructura celular de las láminas de corcho que veía por el microscopio. Este libro contaba más cosas: la estructura del hielo, la nieve, una interpretación de los fósiles, o su interpretación de la luz. La teoría sobre la luz daba mucho de que hablar a principios de XVII -y más tarde-.

En la primera mitad del siglo Descartes defendió que la naturaleza de la luz deviene de una presión ejercida por minúsculas partículas de éter. Este planteamiento chocaba con las ideas que Hooke mantenía, que otorgaba a la luz una naturaleza más parecida a las vibraciones de una cuerda musical, o, como apoyaba el reputado filosofo natural holandés Christian Huygens, que le confería a la luz un movimiento ondulatorio. La cuestión no presentaba tesis definitivas para ninguna hipótesis cuando Newton decide entrar en escena.

Varios autores defienden la influencia de Descartes sobre Newton para sostener que este inició un acercamiento hacia la teoría corpuscular en oposición a la teoría ondulatoria, deficientemente expuesta en los trabajos de Hooke y alentada en el continente por Huygens. Aunque puede ser cierto, Newton se adentró en la luz tras leer los tratados de óptica del francés, los experimentos que realizó le hicieron afianzar sus convicciones por encima de la veneración a su mentor -aquí habría que hacer un inciso, pues no está claro que Newton venerara a nadie, precisamente este carácter es parte del problema que nos trae aquí-.

Precisamente el estudio de los colores encendió la mecha. "La luz blanca es simple y los colores son modificaciones de la luz blanca", esta era la máxima para los defensores de la teoría ondulatoria, como Hooke, y de Descartes que lo había observado al refractar un haz de luz por un prisma, generando una mancha blanca rodeada por un borde coloreado. Hooke realizó un experimento similar obteniendo el mismo resultado que Descartes. Newton modificó el experimento y obtuvo una consecuencia totalmente contraria. No sólo la luz blanca se descomponía, al pasar a través de un prisma, en los colores del arco iris, si no que al reunir esos colores y hacerlos pasar por el prima obtenía la luz blanca de partida. Había descubierto que la luz blanca no se modifica, se descompone.

Este descubrimiento fue el que ofreció como trabajo en su reciente nombramiento como miembro de la Royal Society. No todos estuvieron de acuerdo con su ponencia sobre la luz y los colores, y menos Hooke, que se sintió ofendido al comprobar como un joven ponía en duda su trabajo sin mostrar un poco de respeto hacia su figura. Respeto que duramente había arañado Hooke del resto de los miembros de la Royal Society.

Aquí es donde aparece el carácter arrogante de Newton y la soberbia con la que trataba a los demás. Newton llegó a debatir con otros sus teorías, pero al verse acosado por individuos menos capaces que él, le escribió a Oldenburg, un amigo, : "Veo que yo mismo me he convertido en un esclavo de la filosofía … Estoy decidido a despedirme de ella para siempre, excepto en lo que haga para mi satisfacción personal, o a dejarla atrás; porque creo que un hombre debe, o bien decidirse por no producir cosas nuevas, o convertirse en un esclavo para defenderlas".

Así llegamos a 1676 cuando … lo continuaremos mañana.