La gravedad, ¿una propiedad esencial de la materia?

El Philosophiae naturalis principia mathematica, más popularmente conocido con el nombre de Principia Mathematica, es sin duda alguna la obra cumbre y la síntesis de la Revolución Científica de los siglos XVI-XVII iniciada con la publicación del De Revolutionibus por el polaco N. Copernicus; publicada por vez primera en London en 1687, por el Lucasian Profesor Sir Isaac Newton (1643-1727). Este voluminoso texto, consta de una estructura tripartita, i.e, tres libros que inicialmente fueron redactados por Newton como Lecciones Universitarias en la University of Cambridge. El primero libro cubre el tópico del movimiento de los cuerpos, el segundo sobre el movimiento de los cuerpos en un medio resistente y el tercero y más polémico intitulado El sistema del Mundo, a ocasionado todo tipo de reacciones y/o polémicas desde su primera edición. La causa de dicho litigio radica, como es bien sabido en la no explicación mecanicista por parte del Sabio Inglés a la fuerza de atracción Gravitacional en el libro III del Principia.

Una de las múltiples controversias que se generaron a lo largo de la 1a Ed., la constituye la lectura y/o  interpretación que del Principia realizara el polifacético y gran Matemático G.W.Von Leibnitz,1 quién tiene conocimiento de la obra Newtoniana durante su estancia en París (1672-1676).A decir verdad, fue Leibnitz quien, a pesar de su propio uso del concepto de atracción o de su juego con él, en su Tentamen de motuum coelestium causis de 1689, o quizá debido a ello, acentuó la analogía entre la atracción y una cualidad oculta, y la reforzó afirmando que la atracción era un milagro. Lo hizo, empero, bastante tarde.

Este es el principio de un artículo de Jonathan Taborda de por qué Newton no dio una explicación mecánica de la atracción gravitacional cuando escribió el Principia.

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